La Sierra de Andújar, la casa del lince ibérico
El lince ibérico, el fantasma de la dehesa andaluza, ha logrado abrirse camino, a pesar de tenerlo todo en contra. Este felino de aspecto grácil e hipnótico ha encontrado en Andújar su salvación.
En 2002 únicamente quedaban 94 ejemplares en toda la península y la única población que había logrado evitar la endogamia residía en Andújar. En ese momento se pusieron en marcha todos los mecanismos para la recuperación de esta especie, que se catalogaba como el felino más amenazado del mundo dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas, documento que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Recuperar el lince ibérico ha conllevado un esfuerzo continuo y constante por parte de instituciones, personal de las fincas privadas, biólogos, vecinos y, por supuesto, a la inyección económica por parte del proyecto Life de la Unión Europea.
La predilección del lince ibérico por la Sierra de Andújar se debe principalmente a su dieta, el 90% de su alimentación se basa en el conejo. Esta sierra cubierta por encinares, alcornocales, quejigares y matorral mediterráneo, permiten tener una visión clara para los conejos logrando detectar con mayor facilidad a sus posibles depredadores. Este motivo, los lleva a tener una predilección por lugares como dehesas, estepas y, por supuesto, por el bosque mediterráneo. Adicionalmente, para favorecer el asentamiento del lince ibérico, se ha potenciado la reintroducción de conejos en la zona, vacunados previamente contra enfermedades como la mixomatosis para evitar la merma de las poblaciones.
Todos los esfuerzos realizados han dado un resultado superior a las mejores expectativas. Tanto es así, que, en menos de 10 años, se contabilizan 1.111 ejemplares y ya no se teme por la endogamia de la especie. De hecho, la Sierra de Andújar, alberga el mayor número de linces ibéricos, logrando tener 216 ejemplares y 76 cachorros, datos que indican que el pasado, el presente y el futuro del lince ibérico se encuentra ligado a este enclave.
Dónde fotografiar al lince Ibérico en la Sierra de Andújar
Encontrar un ejemplar de lince ibérico es complicado, pero, si hay un lugar en el que resulta relativamente fácil divisarlo es, la Sierra de Andújar. Uno de los lugares más emblemáticos para verlo es en la carretera del Jándula, a 5 km antes de llegar al embalse. Este paraje nos permite contemplar un gran espacio de la sierra y disfrutar observando cómo las distintas especies deambulan por la zona. Entre ellas, el lince.
Uno de los mayores problemas para divisarlo, consiste en su pelaje. El lince se mimetiza a la perfección con el entorno, lo que conlleva grandes dificultades para encontrarlo entre los matorrales.
¿En qué momento es más fácil encontrarlo?
El comportamiento del lince variará en relación a la estación del año, siendo en la época de celo (entre finales de diciembre y mediados de enero) cuando existen más posibilidades de encontrarlo. Esto se debe a que los distintos ejemplares se vuelven más activos y salen más de sus escondites para encontrar pareja. De hecho, no es extraño ver a un macho y a una hembra, paseando por la sierra o escuchar sus maullidos para marcar su territorio.
En verano, debido a las altas temperaturas, es más fácil encontrarlo al amanecer y al atardecer, ya que el resto de horas, se encontrará sesteando, guardando fuerzas para cazar.
En otoño, debido a la sequía estival, es un buen momento para encontrarlos en los alrededores de las charcas, bebiendo agua y disfrutando del fresco de estos lugares. Por ello, en nuestro hide de la charca, es fácil verlos y fotografiarlos. Además, se encuentra en un enclave privilegiado, con matorrales, arbustos y plantas que lo convierten en un momento mágico.
Cabe señalar, que el lince es un animal crepuscular saliendo de cazar al amanecer y al atardecer. Por tanto, los mejores momentos para divisarlo es en esos instantes.
Peculiaridades de la Sierra de Andújar
Una de las características más llamativas de la Sierra de Andújar es el elevado número de fincas privadas. Esto ha ayudado a mantener su ecosistema, guardando la esencia del bosque mediterráneo, motivo que ha ayudado enormemente a la conservación del lince ibérico. Sin los dueños de las fincas privadas, esto no habría sido posible puesto que han apostado por preservar su presencia con una clara unanimidad.
Sin embargo, el hecho de ser un parque natural en el que la movilidad para el visitante es limitada, conlleva a que las zonas de observación para la especie son escasas, limitándose a la carretera del embalse Jándula, en la orilla y alrededores del río Jándula y a la zona de los alcornocales. Debido a este motivo, para tratar de asegurar lo máximo posible el encuentro (teniendo en cuenta que es un animal salvaje y no existe la probabilidad 100% de verlo) es a través de un tour de fauna salvaje, como los que ofrecemos en Iberian Lynx Land, ya que contamos con los permisos de fincas privadas para acceder y tenemos conocimientos de los avistamientos y las posibles zonas de paso del animal.
¿Qué equipo fotográfico es el más adecuado para fotografiar al lince ibérico?
En fauna, es muy importante tener un equipo de calidad, ya que captar el momento en fauna es muy complicado y la cámara ha de responder correctamente a las exigencias del momento. Además, si a la rapidez que exige la captura, le sumamos que podemos encontrarnos con las inclemencias del tiempo, hemos de optar por un equipo resistente y resolutivo.
El paisaje de la Sierra de Andújar se caracteriza por marcadas luces y sombras. Además, el lince es un animal crepuscular, por lo que tendremos más oportunidades de encontrarlo al amanecer y al atardecer, ya que es el momento en el que sale de caza. Esto nos lleva a que en muchas ocasiones tengamos que tirar de ISO muy altas, para poder captar el momento. Por tanto, el equipo ha de tener un buen rango dinámico, para que, durante el procesado, puedas sacarle el máximo rendimiento al archivo RAW.
Un potente sistema de enfoque. En fauna, el conseguir el enfoque de forma veloz, es muy necesario, ya que, en muchas ocasiones serán solo unos segundos los que tendremos para reaccionar y obtener la toma. Además, el lince ibérico tiene el gran problema de mimetizarse con el entorno, por lo que es más relevante si cabe para lograr fotografiar a esta especie. Actualmente, encontramos en el mercado, cámaras que permiten el enfoque al ojo, siendo una prestación de gran interés en esta disciplina.
Una cámara con una buena ráfaga. Captar ese momento especial, esa secuencia única y, tal vez, irrepetible es de elevada importancia. Junto con la cámara, hemos de tener en cuenta la tarjeta de memoria. No todas las tarjetas graban igual de rápido, por lo que se ha de dar prioridad a aquellas que permitan grabar los datos de forma rápida
La resolución de la cámara. Difícilmente, en campo abierto, encontremos al lince cerca nuestra. Lo más probable es que se encuentre a gran distancia, lo que implicará un recorte posterior de la fotografía. Por tanto, a mayor resolución, más probabilidades de salvar la imagen.
Por otro lado, el teleobjetivo ha de ir incluido en la mochila. Cuanta más distancia focal, mejor. Con un 300 mm podemos defendernos en algunas situaciones y, desde un hide, es un objetivo muy polivalente que dará muy buena respuesta. Sin embargo, si hablamos de campo abierto, un 300 mm se quedará corto, por lo que habrá que recurrir a 300mm con convertidor o, directamente pasar a un 500mm o 600mm. Los objetivos fijos siempre nos darán mayores satisfacciones en cuanto a luminosidad, pero esa riqueza, se verá mermada por su falta de polivalencia, por lo que la elección dependerá de los criterios que el fotógrafo quiera establecer.
El trípode o el monopie será un instrumento muy interesante, ya que ayudará a estabilizar la cámara y, en momentos de poca luz que es cuando más probabilidades tenemos de ver al lince, será de gran ayuda para controlar la toma. En Iberian Lynx Land contamos con trípodes de Leofoto, que son muy estables y de gran calidad y pueden ser utilizados por todos nuestros clientes.
El hide de lince ibérico
El hide de la charca se encuentra dentro de una de las fincas privadas que han apostado por la reintroducción y conservación del lince. Este hide se encuentra enmarcado en un espacio sinigual, rodeado de las plantas que conforman el monte bajo mediterráneo y donde el sol, da de una manera casi mágica, en el que vivir unos atardeceres increíbles, en los que la luz dorada baña la charca y a las especies que la visitan.
En conclusión, fotografiar el lince ibérico es el sueño de todos los fotógrafos de fauna. Este animal, por su belleza, por su gracia felina y por su rareza, lo hacen la joya de la corona. Si en algún lugar resulta fácil encontrarlo, experimentar el estar cerca de él y conocer de primera mano lo que se siente al verlo, eso en la Sierra de Andújar
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